El Fútbol olímpico masculino y femenino es un juego entre dos equipos de once jugadores cada uno.
Su finalidad es hacer entrar un balón por una portería conforme a reglas determinadas, de las que la más característica es que no puede ser tocado con las manos ni con los brazos.
El acto de empujar una pelota con los pies para hacerla llegar a un determinado destino comenzó en China, entre los siglos 2 y 3 antes de Cristo.
Con el nombre de Tsu’ Chu, el juego consistía en patear una pelota, hecha de cuero rellenada con plumas y cabellos o crines, en dirección a una pequeña red fijada entre dos estacas de bambú.
El jugador podía usar los pies, el pecho, la espalda y los hombros – pero no las manos –, al mismo tiempo en que resistía a los ataques de los oponentes.
El fútbol moderno, entretanto, tiene origen más reciente.
Los ingleses organizaron los moldes que conocemos actualmente.
En ese sentido, el deporte más popular del planeta nació oficialmente en 1863, en Inglaterra, de la separación de dos aspectos del rugby.
Modo de disputa del Fútbol Olímpico
En los juegos olímpicos pueden disputar el torneo de fútbol olímpico masculino jugadores con menos de 23 años.
Se aceptan, como excepción, tres jugadores sin límite de edad en cada equipo.
En el femenino, no hay restricciones de edad.
La disputa del torneo de fútbol olímpico cuenta con una primera fase, en la que los participantes son distribuidos (16 en el masculino y 12 en el femenino) en grupos de cuatro equipos cada uno.
Todos los países se enfrentan y los dos mejores de cada grupo avanzan hacia la etapa eliminatoria
En el femenino, los dos mejores equipos que ocupan el tercer puesto se juntan a los seis equipos clasificados.
En caso de empate en las eliminatorias, hay dos prórrogas de 15 minutos. Caso persista la igualdad, se cobran los penaltis.
Los mejores equipos de cada grupo disputan el oro, y los perdedores de las semifinales, el bronce.